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Debemos proteger el poder de compra de la clase trabajadora

La Encuesta Trimestral de Costes Laborales del cuarto trimestre de 2021 refleja la imperiosa necesidad de aumentar los salarios y controlar los precios de los productos energéticos para no comprometer la recuperación económica en nuestro país


Los datos de costes laborales correspondientes al cuarto trimestre de 2021, publicados hoy por el INE, muestran una tendencia acorde con el ciclo expansivo experimentado en 2021. Sin embargo, la invasión rusa a Ucrania ha alterado sustancialmente el escenario económico, ya que ha agravado una inflación que ya de por sí era preocupante, presionando al alza los precios de los productos energéticos y afectando también al precio de algunas materias primas claves para el sector industrial y agrícola español.

Para UGT, las consecuencias son evidentes: el contexto actual supone una merma notable de las posibilidades de crecimiento de nuestro país, mientras que la continua alta inflación implica un riesgo extremo de intensificar el empobrecimiento de la clase trabajadora. Para contrarrestarlo, el sindicato reclama una política salarial fuerte y consensuada, que refuerce la creación de empleo de calidad, sostenga la demanda interna y evite echar al traste todo el camino andando en la senda de recuperación económica y social.

Un pacto de rentas que debe partir de la base de que los salarios no suponen el origen de los problemas inflacionistas, por lo que no existe ningún razonamiento lógico que justifique una devaluación de los mismos. De esta forma, la protección del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras se erige como la principal garantía para evitar un reparto asimétrico de los costes de la guerra, esencial para no debilitar, aún más, la condición de vulnerabilidad de los colectivos más golpeados por la pandemia.

Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, es imprescindible que el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva pivote sobre la inclusión de cláusulas de revisión salarial en los convenios, protegiendo así a los trabajadores y trabajadores de posibles desviaciones en las previsiones del IPC. Esto ayudaría, además, a revertir la regresiva tendencia en su cobertura, ya que, en lo que llevamos de año, este tipo de cláusulas solo amparan a un 28% de las personas trabajadoras con convenio laboral, muy lejos del 54% registrado antes de que entrase en vigor la Reforma Laboral de 2012. Por tanto, el punto de partida es desfavorable para la clase trabajadora, por lo que, si queremos combatir las dificultades económicas bajo parámetros de justicia social, el blindaje del poder de compra de millones de personas trabajadoras supone una demanda irrenunciable para poder asegurar un futuro digno a todas ellas.

Además, UGT considera imprescindible que el Gobierno y la Unión Europea adopten las medidas pertinentes para frenar la escalada de los precios energéticos, y señaladamente los de la electricidad; introducir medidas tributarias que permitan obtener puntualmente más recursos de quienes están obteniendo beneficios extraordinarios con la situación de guerra; y extender las redes de ayudas públicas para las personas más desfavorecidas.

Datos de interés

El INE ha publicado hoy los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) relativos al cuarto trimestre de 2021, mostrando una evolución positiva de los salarios, en sintonía con el contexto económico favorable experimentado el año pasado.

En este sentido, el coste laboral total por trabajador y mes se incrementa un 4,4% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el coste salarial total lo hizo en un 5,1%. Eliminando los efectos estacionales y de calendario, la variación anual del coste laboral por trabajador se sitúa también en un 4,4%, mientras que el crecimiento del coste salarial total crece un 5%.

Como refleja el INE, el incremento del coste laboral se debe al mayor número de horas trabajadas, en la medida que la disminución del tiempo de trabajo de personas protegidas por ERTE compensó el repunte de horas no trabajadas por vacaciones y festivos. Así pues, el número de horas efectivas trabajadas ascendió al 4,2%, mientras que los costes laborales y salariales por hora trabajada crecieron un 0,4% y 0,9%, respectivamente.

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