Un mal clima laboral, las altas cargas de trabajo, los apremios de tiempo o los horarios irregulares son factores que pueden influir en su aparición
La vuelta al trabajo tras las vacaciones de verano puede suponer dificultades para algunas personas que pueden llegar incluso a sufrir el denominado síndrome postvacacional. Este no es una enfermedad como tal, sino un proceso complicado de adaptación a la vida laboral tras los días de descanso que puede durar aproximadamente 15 días.
UGT recuerda que, aunque este síndrome no está catalogado como una enfermedad en las principales clasificaciones internacionales, produce distintos problemas que pueden afectar tanto a la salud física como a la mental. De hecho, puede provocar, por ejemplo, ansiedad, debilidad, cansancio, insomnio, dificultades para concentrarse y para tomar decisiones, sensación de desidia y hastío hacia el trabajo o angustia. Por ello, si se alarga en el tiempo puede desencadenar una depresión, un cuadro de ansiedad o estrés crónico que deberán ser tratados por un profesional.
Entre las causas que pueden provocar el síndrome postvacacional se encuentran la falta de motivación o la insatisfacción laboral. Padecer burnout es otro de los desencadenantes y lo mismo sucede con el acoso laboral. Sin embargo, en entornos laborables positivos y favorables, con un buen ambiente de trabajo, no es común que haya casos.
Por lo tanto, unas buenas condiciones laborales son un factor clave para evitar cuadros depresivos u otros trastornos de salud mental relacionados con el trabajo. Un mal clima laboral, las altas cargas de trabajo, los apremios de tiempo, las grandes responsabilidades o los horarios irregulares son factores que pueden influir en la aparición o agravamiento de estas patologías.
En este sentido, el sindicato recalca que las empresas deben cumplir con la normativa en prevención de riesgos laborales realizando la evaluación de riesgos, incluyendo los factores de riesgo psicosocial y organizativos como, por ejemplo, la sobrecarga de trabajo, la imposibilidad de desconexión, el mal ambiente laboral, la violencia en el entorno de trabajo, la inestabilidad, los problemas de conciliación, etc.
La empresa debería facilitar una adaptación progresiva
Es fundamental adoptar las medidas necesarias para evitar que los riesgos laborales detectados puedan afectar a la seguridad y salud de las personas trabajadoras. Además, la formación e información en materia preventiva son obligatorias.
Evitar el síndrome postvacacional no es solo tarea de las personas trabajadoras, sino que el papel principal lo ostenta la empresa. En aquellas en las que se promuevan unas condiciones laborales favorables, con una organización del trabajo adecuada y libre de acoso y violencia laboral, seguramente no se producirá este efecto sobre sus plantillas. Las empresas deberían facilitar una adaptación progresiva al puesto de trabajo mediante el teletrabajo u horarios flexibles o, por ejemplo, alargando el periodo en el que se puede disfrutar de jornada intensiva.
>> Vuelta al trabajo tras las vacaciones y síndrome postvacacional